rejoice

Alégrense

Alégrense siempre en el Señor. ¡Otra vez lo digo: alégrense!

Filipenses 4:4

Este verso tiene mucho sentido cuando las cosas van bien en tu vida. Pero, ¿cómo puedes alegrarte cuando las cosas van mal? ¿Cuando te despiden, cuando a tu mamá le diagnostican cáncer, cuando te infectas con COVID, cómo puedes siquiera alegrarte?

¿ Acaso Dios quiere que me ría y sonría y actúe como si no estuviera pasando nada? Bueno, ¡no exactamente!

Déjame compartirte una breve historia que puede mostrarte un poco cómo lo veo.

Cuando tenía alrededor de 5 años, papá nos enseñó a andar en patines y a montar en bicicleta. Nunca usamos bicicletas con rueditas. Usamos las regulares. Nos sostenía al principio, luego nos soltaba por un segundo y luego nos agarraba de nuevo. Nos soltaba por más tiempo hasta que pudiéramos mantener el equilibrio por nuestra cuenta. ¡Ahora sabíamos cómo montar en bicicleta! Estábamos emocionadas, y él también.

Aunque estábamos montando solas, papá todavía estaba cerca. Nunca estábamos solas. ¿Pero eso significaba que nunca nos volvimos a caer? No, para nada. Oh, nos caímos, sí que nos caímos y varias veces. ¿Dolió? ¡Por supuesto que sí! ¿Lloramos? ¡Sí, lo hicimos!

Sin embargo, sabíamos que todo iba a estar bien porque papá estaba allí. No podía evitar que nos cayéramos, pero estaba allí todo el tiempo, lo que hacía que el dolor no se sintiera tan mal.

Así es como lo veo cuando dice “alégrense en el Señor”. Es la paz que sentimos cuando las cosas van mal. Cuando la tristeza llama a la puerta, incluso podemos llorar, pero sabemos que Dios está a nuestro lado y estamos seguros de que las cosas van a estar bien.

Si estás pasando por dificultades hoy te quiero decir a ti: “Alégrate en el Señor! Todo va a estar bien.

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