Living out God's purpose Viviendo el propósito de Dios

Viviendo el propósito de Dios

Yo anhelaba vivir el propósito de Dios para mi vida, y ese deseo me llevó a tomar decisiones poco convencionales. Subí a un avión rumbo a lo desconocido, con el corazón dividido en varias direcciones. Iba a cumplir una promesa, pero también dejaba atrás la comodidad, lo conocido, y a dos de las personas más importantes en mi vida: mis hermanos mayores, quienes me habían cuidado desde que era adolescente.

Tenía veintidós años y estaba determinada a hacer “lo correcto”, pero sin idea alguna de los giros y vueltas que vendrían en la siguiente década. No sabía entonces que Dios usaría esa etapa de incertidumbre para prepararme para lo que ahora vivo.

Casi diez años después, despierto cada día con un gozo inmenso—agradecida por la familia que soñé y por el trabajo con propósito que me apasiona. Pero nada de esto llegó rápido ni fácilmente. Requirió obediencia, espera, y confianza en medio del proceso.

Encontrando tu propósito

El propósito de Dios para tu vida no es un tesoro escondido al final del arcoíris. No es un misterio por descifrar ni un mapa que sigues hasta “encontrarte a ti misma.” El propósito de Dios es un camino que se recorre por fe.

Se hace más claro no al esforzarte más, sino al buscarlo más a Él. Se encuentra en adorarlo con tu vida diaria, en escuchar Su voz por encima de tus propias ideas, y en rendirte incluso cuando no entiendes.

A veces lo perdemos de vista porque no nos damos cuenta de que el proceso también es parte del propósito. Y no ocurre una sola vez. Llega por etapas, una y otra vez, con cada nueva temporada. Por eso es tan importante aprender a disfrutar del proceso.

La vida no es estática, y el crecimiento tampoco lo es. Mientras más aprendemos a abrazar el espacio entre una bendición y otra, más desarrollamos las habilidades y la madurez espiritual que necesitaremos para lo que viene.

Recuerda: el propósito no es un cargo ni una temporada. Es la presencia de obediencia y el impacto de tu vida—justo donde estás.

Señales de que estás viviendo el propósito de Dios

  • Estás creciendo en amor, humildad y sabiduría. Con Dios, el crecimiento siempre es la meta.
  • Estás usando tus dones para servir a otros, no solo a ti misma. Toma nota.
  • Buscas la voz de Dios antes que plataformas o popularidad.
  • Obedeces incluso cuando es incómodo, invisible o incomprendido.
  • Te sientes retada y con tus límites puestos a prueba de formas que te acercan más a Él.

Un desafío

Pregúntale a Dios: “¿Dónde puedo ser fiel hoy?”
No persigas un destino—camina cada día con Quien diseñó tu camino.

“Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.”Efesios 2:10

También te puede interesar:

Leave a Reply

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.