Olvidé mi botella de agua hoy en el campamento, así que me apresuré a registrarme para poder volver y recogerla. Resulta que el proceso tardó más de lo que pensé. Además, era un día cálido de verano, y mi cuerpo lo resentía. ¡Nunca me había sentido tan sedienta antes! Cuando regresé a mi sitio de campamento, corrí a tomar un sorbo de agua, yse sintió increíble.
La tormenta
Ironicamente, ese mismo día, tuvimos una tormenta que inundó varios campamentos. Por un momento, me pregunté qué tan loco es que lo mismo que puede salvarte de morir de sed en el calor también puede matarte, como cuando el agua se convierte en un tsunami, un huracán o incluso una inundación. Llegué a la conclusión de que cualquier cosa en exceso puede dañarnos.
Es fácil pensar que cuanto más hacemos por Dios, mejor; así me sentí durante mucho tiempo. Pero, ¿Alaba a Dios la actividad constante? No siento que eso esté alineado con el carácter de Dios. Incluso nos dio un día para descansar porque, para Él, el descanso es sagrado.
¿Estás tomando tiempo para descansar?
Entonces, eso me hizo pensar: ¿Estoy adorando a Dios con mi actividad constante? Tal vez hay un tiempo para trabajar y descansar, y a Dios también le agrada cuando descansamos. Personalmente, esa es una verdad difícil de aceptar.
Tengo varios amigos cercanos que son enfermeros, y constantemente escucho de ellos que el descanso “sana”. ¿No es increíble que Dios incluso nos hable a través de nuestros cuerpos? Nuestros cuerpos se restauran cuando dormimos, y Dios quiere que sanemos. A Él le agrada cuando trabajamos para Su causa, pero también se deleita cuando nos ve tomar tiempo para descansar y permitirle hacer cosas increíbles en nuestros cuerpos a través de ello.