El amor es uno de los conceptos más malinterpretados de todos los tiempos. Es una fuerza que “atrae, intriga y embelesa”, una fuerza que te lo da todo, y a la vez requiere todo de ti. Y aunque sea algo complejo de comprender, sin amor, ninguna otra cosa en esta vida tiene sentido.Una de las creencias más populares de esta sociedad es que el amor es un sentimiento ciego e irracional que es difícil de entender, controlar, y del cual no se puede prescindir. ¿Pero será que eso es realmente lo que es el amor? ¿Un simple sentimiento irracional?
No según la Biblia.
Si el amor fuese un sentimiento y no un principio, el mandamiento de amar a nuestros enemigos en Mateo 5:44 sería un mandamiento escandalosamente absurdo e inalcanzable. Sin embargo, es precisamente porque el amor es un principio y no un sentimiento que el mandamiento de amar a nuestros enemigos en Mateo 5:44 tiene sentido.
El amor es un principio eterno de origen Divino, un principio que está sobre cualquier otro principio. – 1 Juan 4:8
Cómo distinguirlo
Una de las descripciones más específicas del amor se encuentra en 1 de Corintios 13. En este capítulo Pablo señala 16 características del amor verdadero:
Es sufrido, es benigno, no tiene envidia, no es jactancioso, no se envanece, no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor, no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta, nunca deja de ser.
Yo no sé tú, pero a mí me parece que la idea popular que esta sociedad tiene acerca del amor no le llega ni a los talones a semejante descripción de lo que es el amor verdadero.
De la misma manera en la que Dios es eterno, así mismo lo es el amor, porque Dios es amor, y es únicamente cuando Cristo mora en nosotros y nosotros en Él que somos capaces de experimentar amor. Es únicamente bajo esta condición, que seremos capaces de genuinamente recibir y dar amor a los demás, y así poder alcanzar nuestro máximo potencial en esta vida.
Decisión vs. Impulso
“Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos”
-Juan 15:13
Nuestras nociones del amor han sufrido degradación tal que, tristemente hemos empezado a creer en la idea barata de amor auto-gratificante, irracional, condicional, e impulsivo con la que hemos sido bombardeados. Sin embargo, esta errada ideología no podría estar más aislada de la realidad.
El verbo amar es un verbo transitivo. Para que un verbo sea considerado transitivo, debe reunir ciertas características. Primero, debe representar una acción; segundo, debe estar ligado a un objeto que recibe esa acción. Cristo Jesús es El VERBO encarnado. Juan 1:1 Cuando Cristo decidió venir a esta tierra para entregar su vida como sacrificio por nuestros pecados, no lo hizo basado en un momento espontáneo de impulsividad. Cuando Dios nos creó, nos creó con el don del libre albedrío y es por ese libre albedrío que Él hizo provisión en caso de que sucumbiésemos ante el pecado. El mismo Rey de universo no solo nos creó con libertad para elegir, sino que también hizo provisión por nosotros en caso de que no eligiéramos sabiamente, ¡Su propio Hijo fue la provisión!
En serio, ¿Qué clase de amor es este?
El amor humano ama con condición. Te amo si… me caes bien, te amo si… haces esto o lo otro por mí, te amo si… me amas. El amor Divino, en cambio, ama por completo, de una manera pura, sin temor y sobre todo, incondicionalmente. – 1 Juan 4:18
La Ironía del Amor
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mi nada podéis hacer.
-Juan 15:5
No importa que tan bien intencionados seamos, es imposible que el amor origine en nosotros. El verdadero Amor sólo puede fluir a través de nosotros. La Biblia dice que separados de Dios nada podemos hacer, y eso incluye amar. Por más irónico que suene, nuestro amor por Dios está directamente relacionado con nuestra dependencia en Él. No podemos completa y verdaderamente amarle a Él, ni a nadie más al menos que Él ponga en nosotros el amor que necesitamos para amarle a Él y amar a los demás. Cuando tomas la decisión consiente de amar, estás tomando la decisión consiente de invitar a Dios a tu vida y permitir que Él viva en ti y a través de ti.
El amor de Dios hacia nosotros es una acción continua que no tiene principio ni fin, así como Él. Su amor por nosotros es un amor que sobrepasa todo tipo de entendimiento y conocimiento dentro de nuestra dimensión. En términos humanos, su amor por nosotros es la viva representación de 1 de Corintios 13, y Él quiere empapar cada milímetro cúbico de tu ser con su amor. Al sumergirte en su amor quedarás sin aliento, es verdad, pero no te ahogaras; al contrario, volverás a la vida. Deja que las llamas de su amor te consuman, no te quemarás, más bien serás renovado y tu espíritu será purificado.
Querido amigo, querida amiga…
Tú fuiste creado para ser amado con esta clase de amor y para amar a los demás de la misma manera. Ninguna imitación barata de amor que este mundo te ofrezca podrá satisfacer tu alma, solo Su amor podrá. Dios espera, tierno y amante Él espera.
¿Le darás una oportunidad al Amor Verdadero?
“Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.”
-1 Corintios 13:13