El Espíritu Santo desempeña un papel silencioso pero significativo en la Biblia. En el libro de los Hechos, tuvo un rol fundamental en el desarrollo de la iglesia primitiva. Su papel hoy sigue siendo esencial para nuestra relación con Dios y con los demás. Nosotros, como cristianos, plantamos las semillas, pero es el Espíritu Santo quien las hace crecer.

¿Quieres aprender a reconocer la voz del Espíritu Santo? Aquí tienes algunos consejos para identificarla:

Congruencia con las Escrituras

Cuando el Espíritu Santo te guía en una dirección específica, puedes estar seguro de que ese camino siempre estará alineado con los principios Bíblicos, nunca los contradecirá. Juan 16:13

Paz interior y convicción

Donde está el Espíritu de Dios, también hay paz. El Espíritu Santo frecuentemente habla a través de un profundo sentido de paz interior y convicción. Filipenses 4:7

Una voz suave y apacible

¿Recuerdas cómo la presencia de Dios se manifestó a Elías como un silbido suave y apacible? Así ocurre con el Espíritu Santo. A menudo puedes esperar una manifestación tranquila y gentil, que requiere un corazón atento y en silencio para poder escuchar. 1 Reyes 19:12

Confirmación a través de otros

El Espíritu Santo a veces confirma Su guía mediante consejos sabios. Mantén siempre tus oídos abiertos a consejos prudentes. Lleva esos consejos en oración a Dios y deja que Él guíe tus decisiones. Proverbios 11:14

Por sus frutos los conoceréis

Sabes que estás escuchando la voz correcta cuando tus decisiones producen fruto espiritual. ¿Tu decisión refleja amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y/o templanza? Gálatas 5:22-23

A veces, puedes sentir jalones persistentes, impresiones repetidas y notar patrones en las escrituras. Por eso, es importante mantener los ojos y oídos abiertos durante el tiempo de oración y estudio bíblico, pero, sobre todo, un corazón dispuesto a obedecer.

Formas prácticas de estar en sintonía

• Ora por claridad: Pide a Dios que haga clara Su voz y que silencie las distracciones.
• Permanece en la Palabra de Dios: La familiaridad con las Escrituras te ayudará a discernir la voz de Dios, la de los demás y la tuya propia.
• Practica la obediencia: Cuando buscamos obedecer los principios de Dios, incluso en las cosas pequeñas e “insignificantes” de la vida diaria, nos volvemos más sensibles a la guía del Espíritu Santo.
• Sé paciente: El tiempo de Dios es perfecto, y Su voz suele llegar cuando estás listo para escuchar.

También te puede interesar:

Una razón para agradecer