in search of identity en busca de identidad

En búsqueda de identidad

Nuestras vidas son una búsqueda constante. Recurrimos a motores de búsqueda, nos sumergimos en libros de autoconocimiento y consumimos contenido mediático inspirador buscando encontrar respuestas, propósito e incluso un sentido de identidad.

El hijo pródigo no fue una excepción.

Después de pedir por adelantado su herencia y aventurarse en el mundo para “encontrarse a sí mismo”, terminó en la condición más deplorable en la que se podría encontrar a un joven de su clase, cuidando cerdos y codiciando su comida. Su búsqueda de identidad se convirtió en una pesadilla. Estaba “buscándose a sí mismo” en todos los sitios equivocados.

Su sentido de identidad se encontraba sacudido al momento regresar a la casa de su padre.

Sin embargo, él no era el único con un sentido distorsionado de identidad. Su hermano mayor también tenía problemas en ese departamento. ¡Nunca se atrevió a pedirle a su padre un cordero para compartir con sus amigos! ¿Estaba claro que él era el hijo del amo?

Sin embargo, al final de la historia, el padre les recuerda a ambos que son sus hijos y todo lo que ese título implica.

Hoy me gustaría compartir contigo tres lecciones sobre la identidad que he aprendido de la historia del hijo pródigo:

  1. No había nada que el hijo pródigo pudiera hacer para perder el amor de su padre y nada que su hermano pudiera hacer para ganarlo. Eran hijos de su padre, y él los amaba por igual. Lo mismo ocurre con nosotros y Dios, amigo. Ser hijo de Dios no es un título que se gane. Fuiste creado y redimido por Él. No importa cuán lejos corras o cuán culpable te sientas por las cosas que has hecho o estás haciendo. Tu Padre todavía te ama como a su hijo y espera ansiosamente tu retorno. Lucas 15:20
  2. Tu Padre es dueño de todo; sin embargo, a veces ni siquiera nos atrevemos a pedir lo que necesitamos o deseamos. Él tiene innumerables bendiciones listas para otorgarte si le pides. ¡Pide, amigo, pide con fe! Mateo 7:11
  3. Si todos somos hijos de Dios, eso significa que todos somos hermanos y hermanas en Cristo. ¿Ese vecino de al lado que le gusta poner música fuerte cuando intentas dormir? Tu hermano. ¿Esa señora grosera que se coló delante de ti en el supermercado? Tu hermana. La joven pareja en la iglesia que quedó embarazada fuera del matrimonio? Tu hermano y hermana. Tu Padre es perdonador y amoroso con ellos a pesar de sus errores, ¿por qué no lo serías tú? 1 Juan 1:9, Mateo 6:12

Cuando nuestro sentido de identidad está claro en Cristo, nuestra perspectiva de la vida cambia por completo. No solo entendemos mejor nuestro propósito en esta tierra, sino que también tenemos un mayor sentido de responsabilidad con respecto al impacto de nuestras acciones en la vida de los demás. Mateo 5: 14-16

Eres hijo de Dios, recuérdalo siempre.

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