He sido introvertida desde que tengo memoria. Crecí en una iglesia que fomentaba la participación desde una edad temprana, así que aprendí a hablar en público sin mostrar tanto nerviosismo. Sin embargo, incluso de niña, no podía acallar esa preocupación interna de no estar haciendo lo suficiente para acercarme a aquellos fuera de mi burbuja y contarles acerca de Jesús.
A veces existe la idea errónea de que si no estás tocando la puerta de un desconocido o dando un toque en el hombro de la persona frente a ti en la fila del supermercado para entablar una pequeña charla cristiana, no estás compartiendo a Jesús. Pero, será ¿es eso cierto?
Escucha, si eres un introvertido o introvertida que ha vivido toda su vida deseando compartir a Jesús con los demás pero sin saber cómo, ¡tengo buenas noticias para ti!
Usando lo que Dios te dio
Si bien es cierto que compartir a Jesús generalmente requerirá salir de tu zona de confort, también es cierto que Dios te dio un conjunto específico de dones y talentos para trabajar. Así como cada órgano del cuerpo importa, también importa cada temperamento y personalidad en el cuerpo de Cristo. Entonces, ¿qué esperas para empezar a usar la introversión que Dios te dio para compartir a Jesús con otros?
Hoy quiero mostrarte cinco maneras en las que puedes compartir a Jesús como introvertida:
Escritura: Las palabras son poderosas. Y si no eres de los que habla mucho (como yo), quizá escribir sea tu punto fuerte. Si hay algo hermoso en la palabra escrita, es que, a diferencia de la hablada, la escrita permanece. ¿Quizá podrías comenzar un blog? ¿O un newsletter?
Arte: Puede que hablar y escribir no sean lo tuyo. Quizá eres del tipo que dibuja, pinta o hace música. Compartir tu arte visual o musical a través de las redes sociales también puede tocar y guiar a otros a Cristo.
Actos de bondad: Si eres más del tipo que actúa, este es para ti. Jesús no solo dio sermones y contó parábolas cuando estuvo en la tierra. Su ministerio tenía un aspecto práctico. Tu acción desinteresada podría ser la razón por la que alguien deje entrar a Jesús en su corazón.
El ministerio de la amistad: Como introvertido, probablemente no haces nuevos amigos todos los días. Sin embargo, eso no significa que no puedas ser un buen amigo. Si hay algo que caracterizó el tiempo de Jesús en la tierra, es su ministerio de amistad. Mostrar el amor y la compasión de Jesús a tus amigos a través de tus interacciones no solo será una bendición para ellos, sino una fuerza que tendrá un efecto dominó mucho más allá de tus círculos inmediatos.
Ser un buen ejemplo: Te sorprendería la cantidad de personas que conocen de ti, te observan y te admiran. Según 2 Corintios 3:2-3, somos cartas abiertas al mundo. Tu ejemplo es tu mejor testimonio.
¡Que la introversión no te detenga!
2 Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres; 3 siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.
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