El rey de Siria se lanzó con furia a la caza de Eliseo. Cada una de sus estrategias militares había fallado miserablemente. El rey estaba seguro de que había traidores entre su gente, porque, ¿de qué otra manera iba a ser capaz el enemigo de tan eficazmente evadir sus tácticas?
Lo que el rey de Siria no sabía, era que Dios mismo era quien estaba a la cabeza del ejército Israelita.
Verás, cada vez que el rey de Siria planeaba un ataque contra el rey de Israel, Dios le revelaba esos planes en detalle a Eliseo- el siervo de Dios- quien a la vez se los revelaba en detalle al rey de Israel.
Cuando el rey de Siria finalmente se dio cuenta de que no había ningún traidor entre los suyos, sino que era Dios mismo quien le revelaba sus estrategias militares a Eliseo, el rey de Siria propuso en su corazón eliminar a Eliseo del mapa. 2 Reyes 6:12-14
Lo que el rey de Siria olvidó, sin embargo, fue el hecho de que Eliseo era nada más que un simple instrumento, que el Dios a quien él servía no podría ser destruido con un simple ejército humano, y que éste mismo Dios le tenia la espalda cubierta a Eliseo.
Genuinamente creyendo que, al eliminar a Eliseo, él se iba a deshacer de sus problemas, el rey de Siria tomó cartas en el asunto y envió a un “gran ejército” de carros y caballos durante la noche para que rodearan la ciudad donde el profeta Eliseo y su siervo se hospedaban.
¡Solo imagínate el tamaño de ese ejército, un ejército que rodeaba a toda una ciudad! ¡En términos humanamente hablando, no había salida de ese lugar! Eliseo estaba atrapado y éste sería su fin. ¿O tal vez no?
Cuando el sol apenas se asomaba por el horizonte, el siervo de Eliseo abrió la ventana y miró cómo el ejército Sirio rodeaba la ciudad en su totalidad. Ante tal espectáculo su corazón desfalleció y él exclamó: ¡Ah Señor mío! ¿qué haremos? 2 Reyes 6:15 El miedo que ese siervo experimentó debió de haber sido muy real.
¿Alguna vez te has encontrado en una situación similar? ¿Atrapado por problemas, tristezas, y dificultades, sin ninguna vía de escape a la vista? ¿Alguna vez te has sentido tan frustrado o atemorizado como lo hizo el siervo de Eliseo?
Es precisamente porque somos humanos y Dios sabe que a veces experimentamos estos sentimientos, que la Biblia está llena de promesas. Promesas que están ahí para que tú las clames como propias.
El angel de Jehova acampa alrededor de los que le temen y los defiende.
Salmo 34:7
Entonces Eliseo respondió a su siervo: “No temas: que son más los que están con nosotros que los que están contra nosotros.” Y Eliseo oró para que el Señor abriera los ojos del siervo para que él pudiera ver o que realmente estaba pasando- 2 Reyes 6:17
Cuando los ojos del siervo fueron abiertos, el pudo ver, que de hecho eran muchísimos más los que estaban de su lado que los que estaban del lado del enemigo. Resulta que el Ejército de Jehová rodeaba al ejército Sirio, ¡y los sobrepasaban en número en gran manera! – 2 Reyes 6:17
¡Así cumple Dios sus promesas!
¿Cuántas veces han sido nuestros ojos como los ojos de este siervo? ¿Cerrados cuando pensamos que los tenemos abiertos? ¡Misericordia!
Eliseo sabia que el Dios a quien él servía tenía el poder de sacarlo de esta situación, y que inclusive si Él decidía no hacerlo, todo iba a estar bien; ya que el Dios a quien él servía, tenía el poder sobre la vida y la muerte.
Porque el corazón de Eliseo descansaba seguro en las promesas de Dios, él pudo discernir su situación con ojos espirituales, y nocon ojos humanos. ¿Adivina que?, este Dios, el Dios de Eliseo es el mismo hoy, ayer y siempre, y Él quiere ser tu Dios.
¡Pero espera! La historia no termina ahí, ¡se pone mejor! Puedes ver como desenlaza esta historia en 2 Reyes, capitulo 6. Ve y hecha un vistazo! 😀
Mi oración en este día es que tú y yo seamos lo suficientemente atrevidos como para pedirle a Dios el tipo de fe que se requiere para ver con ojos espirituales.
Entonces, así como el siervo de Eliseo podremos realmente ver lo que esta sucediendo.