Salvar a su prójimo era lo único que le importaba. Conocido al principio como el soldado rebelde que se negó a llevar un arma, Desmond Doss ahora es recordado como un héroe que salvó la vida de alrededor de setenta y cinco hombres durante la sangrienta batalla de Hacksaw Ridge, Okinawa en 1945. “Señor, ayúdame a salvar a uno más“, oraba mientras llevaba a los soldados heridos sobre sus hombros a un lugar seguro uno por uno.
Dos cosas me impresionan mucho de esta historia: Primero, cruzó bajo el fuego abierto para salvar a cada hombre, desarmado. Segundo, salvó tanto a soldados compañeros como a soldados “enemigos” por igual. Hacer el bien a su prójimo era su filosofía.
¿Quién es mi prójimo?
En su viaje de una ciudad a otra, un hombre fue atacado por ladrones. Le robaron todo lo que tenía, incluso lo despojaron de su ropa, y lo dejaron herido y abandonado al costado del camino. Tres hombres se toparon con él: un sacerdote, un levita y un samaritano. Los dos primeros eran “altamente religiosos,” y el tercero era alguien despreciado y odiado por los judíos.
¿Adivina quién se detuvo y mostró misericordia al hombre golpeado? Lucas 10:34-35
No solo desear, sino hacer
Dios es un dios de acción. ¡Oh, cuántas veces nosotros, como cristianos, caemos en la trampa de la “pasividad cristiana”! Es alarmante cómo a veces parecemos tan acostumbrados a repartir un trillado “Voy a orar por ti” sin detenernos mucho a pensar en las cosas que podemos hacer para aliviar el dolor y el sufrimiento de alguien más porque eso es lo cómodo.
La oración no debe ser usada como una pantalla para una fe mediocre y moribunda. Porque la fe; más que una filosofía, sistema, o conjunto de creencias, es acción. Las oportunidades para ser bondadosos con los demás siempre estarán ahí. La pregunta es, ¿estamos prestando atención?
Cuando amar a tu prójimo duele
Desmond Doss no volvió a casa ileso. Cuando lo estaban recogiendo del campo, pidió que otro soldado más gravemente herido fuera llevado primero. Sufrió graves heridas en un brazo y una pierna.
Jesús también fue la milla extra durante Su ministerio. Haciendo el bien a quienes lo amaban y a quienes no. Lucas 22:47-51
Luego entregó Su vida por ti y por mí en la cruz.
¿Te gustaría amar tan valientemente como Jesús?
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