Es esa época del año nuevamente. Las tiendas están sonando con música navideña, ese olor a árbol de Navidad está en el aire, y no puedes evitar contagiarte del “espíritu navideño”. Vacías tus ahorros de todo el año, ganas más libras de las que te enorgulleces y te das un gusto “una vez más” antes de que las resoluciones de año nuevo entren en acción y tú, junto con tu billetera, te veas obligado a enfrentar la mirada fría y dura de la realidad y el inicio de un nuevo año.
¿Alguna vez te ha sucedido algo así?
Sí, a veces puede ser fácil enmascarar la autoindulgencia con buenas intenciones. Como cristiano, a veces puede ser un desafío no dejarse arrastrar por la ola pesada de frivolidad que parece empañar la temporada navideña. Sin embargo, es debido a esa dolorosamente distorsionada idea de la Navidad que el mundo parece tener, que es nuestro deber como cristianos aprovechar esta oportunidad anual para arrojar una luz brillante sobre un mundo que de alguna manera parece haber pasado por alto la verdadera razón de la temporada.
La Biblia no menciona la fecha de nacimiento de nuestro Salvador. Sin embargo, Cristo vino a nacer y a morir por nuestros pecados, y eso es motivo suficiente para celebrar todos los días del año.
Todo se trata de los motivos ¿Cuáles son los tuyos?
Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros. Y se le llamará Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
¿Por qué celebras la Navidad? ¿Es para honrar al yo, o es para honrar a Dios? ¿Es para darte un festín en la víspera de Navidad? ¿O es para alimentar a los hambrientos? ¿Es para salir de compras? ¿O es para vestir al desnudo? El Rey del Universo eligió deshonrarse a sí mismo por el bien de una raza humana caída. Lo dejó todo por ti y por mí. De eso se trata el Espíritu de la Navidad; un espíritu de autoabnegación, desinterés y amor incondicional. Estas no son características que debemos sacar y mostrar una vez al año como adornos navideños, o al menos no deberían serlo.
Entonces, ¿cómo podemos aprovechar al máximo esta temporada navideña?
La religión que Dios nuestro Padre acepta como pura e impecable es esta: cuidar de los huérfanos y las viudas en sus aflicciones y mantenerse sin mancha del mundo.
Si estás buscando formas creativas de celebrar esta Navidad, aquí tienes 10 maneras prácticas de celebrar esta temporada navideña:
- Cocina una comida y compártela con las personas sin hogar en tu área.
- Conduce por la ciudad entregando mantas y ropa a quienes lo necesiten.
- Realiza algunas tareas domésticas en la casa de una persona mayor.
- Visita a alguien en la cárcel y comparte el amor de Jesús.
- Visita el hogar de ancianos y canta a los ancianos.
- Visita un orfanato y lleva juguetes para donar a los niños.
- Visita a alguien que esté enfermo y ofrécele orar con ellos.
- Dedica tiempo de calidad con tu familia.
- Haz trabajo voluntario en el banco de alimentos local.
- Ayuda a un estudiante necesitado.
Adelante, atrévete a salir de tu zona de confort 🙂
Nadie tiene un amor más grande que el que da la vida por sus amigos.